En el Reino Unido, cualquier alimento que sea catalogado como orgánico, debe cumplir con estrictos requisitos de regulación orgánica, pues este es lo que asegura que tanto su fabricación, embalaje, almacenamiento, importación, venta, en otras actividades forman parte de la cadena de fabricación y producción orgánica para obtener esta certificación, es decir, que todos estos procesos cumplen con los rigurosos estándares orgánicos solicitados.
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